Un Dios que permanece: En la batalla – Josué 23:4-10
No se puede, nadie puede luchar con Dios, nadie le puede vencer o asustar. Él es todopoderoso y va a hacer todo lo que quiera.
No se puede, nadie puede luchar con Dios, nadie le puede vencer o asustar. Él es todopoderoso y va a hacer todo lo que quiera.
Solo a través de Jesús se recibe el perdón de pecados y herencia entre los santificados
Todo fue como Dios había dicho por medio de Josué. El arca avanzó, el agua se detuvo, los sacerdotes estuvieron en seco hasta que el último del pueblo pasó. Fue un tremendo milagro, una maravillosa demostración del poder de Dios,…
Dios anunció por su palabra, que Él iba a obrar un milagro para que todos sepan que ese poder iba a luchar por ellos y vencer a todos sus enemigos para que ellos reciban lo prometido por Dios. Era tiempo de confiar, de pararse y contemplar la obra poderosa de Dios …
Dios iba a mostrar su poder y lo haría por medio de Josué para que todos vean que estaba con él. Dios había escogido y ungido a Josué para guiar a su pueblo al reposo prometido, a la tierra donde su gracia ya había provisto todo. Dios iba a engrandecer a su ungido para que todos crean en Él…
El pueblo debía apartarse de todo para andar con su Dios, estar preparados para seguirlo solo a Él sin distracciones, con los ojos puestos en su guía y ver así, todas sus maravillas. Un buen pastor, siempre limpia sus ovejas antes de guiarlas, las prepara para que puedan andar con Él…
Dios es el buen pastor. Él es el único que verdaderamente guía a sus ovejas, las limpia, las defiende, las alimenta y todo lo necesario para su cuidado y crecimiento. Su pueblo está a punto de entrar al reposo prometido y una vez más los guiará a la victoria con poder, seguridad, paciencia y amor