Dios traía a su pueblo con una razón: Tomar venganza de sus enemigos. Nada de lo que ellos tienen, ninguna de las cosas en que confían o tienen por tesoro son agradables a Dios…
Dios había determinado el día en que caería Jericó. Por eso dio instrucciones muy claras, para que su pueblo, acompañado por su presencia, anunciara alrededor de ellos su juicio…