El pecado separó al hombre de Dios. La muerte espiritual lo incapacitó para lo bueno, para tener comunión con Dios. El tiempo en que el hombre y Dios andaban juntos en el Edén había terminado, ahora estaban separados por causa del pecado haciéndosele imposible al hombre tener comunión con Dios y huir del castigo de su pecado. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
Texto a memorizar en esta semana:
Mateo 19:25-26:
Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible