Día: Miércoles
Tema: “Una gracia previsora”
Lectura: Génesis 3:14-15
Versículo clave: 15
Lectura de apoyo: Juan 12:31-32; Gálatas 3:16; Colosenses 2:13-15; Hebreos 2:14-15; 1ª Juan 3:8-10
Como dijimos ayer, el pecado de Adán no sorprendió a Dios. Él tenía hecho desde la eternidad un pacto con el Hijo y con el Espíritu Santo para terminar con las obras del diablo. Cuando el pecado se hizo manifiesto, Dios prometió un Salvador que terminaría con la obra empezada allí por la serpiente. La gracia de Dios es previsora.
Cuando Dios le preguntó al hombre por su pecado, en lugar de reconocerlo buscó a quien echarle la culpa. Esto no ha cambiado, cuando se le dice al hombre o mujer o niños que lo que hicieron está mal, inmediatamente trata de justificarse explicando que tenía una buena razón para hacer lo que hizo: “Él empezó, él pegó primero, si decía la verdad iba a tener problemas, él me dio, pero yo no quería, etc, etc, etc.” Muchas excusas tratan de decirle a Dios que no somos culpables de nuestro pecado, que la culpa es de otro. Aun así, sabiendo de nuestra maldad y nuestras mentiras, Dios en su gracia proveyó desde la eternidad un Salvador que pague nuestros pecados, que lleve nuestro castigo y termine con la obra del maligno: Jesucristo, el gran Dios y Salvador. Deja las excusas y ven a Él para ser salvado por su gracia. Apocalipsis 13:8