- Lectura: Josué 9:3-13
- Versículo clave: Josue 9:9
- Lectura de apoyo: Salmos 76:11; Lucas 16:1-9, 13:24-25 y 16:16;
Los gabaonitas, al oír de las victorias de Israel y el poder de Dios, sabían que su condenación se acercaba y no tendrían esperanza de sobrevivir. Ellos sabían que morirían bajo la ira de Dios. Siendo advertidos por la fama de Dios, y sabiéndose muertos, buscaron la forma, no de resistir, sino de conservar la vida. Dios es temible por su ira.
Dios odia el pecado, pero el pecado no existe por si solo. El pecado es producto de la corrupción del corazón del hombre. Solo un hombre puede pecar y ofender a Dios. Dios aborrece a todos lo que hacen iniquidad y ninguno de ellos entrará en su presencia. Dios dio a conocer su ira sobre el pecado, al juzgar a Jesús en la cruz del calvario. Su propio Hijo fue hecho pecado por nosotros. Todos los pecados del pueblo de Dios fueron cargados sobre Jesús y allí Dios derramó su ira venciendo a sus enemigos. La prueba de esto es que, al tercer día, Jesús resucitó victorioso y así se mantiene hoy esperando el día en el cual derramará su ira sobre todos los que no creen en Él. Este es el tiempo para temer e ir a Jesús para ser perdonados y conservar la vida. Es el tiempo para dejar todo nuestro confort, comodidad y falsa esperanza obtenidos del pecado y acercarnos a Él para que tenga misericordia. ¿Has escuchado la fama de Dios por el evangelio? ¿Temes a su ira venidera sobre los pecadores? ¡Corre a Jesús! Mateo 11:12