- Lectura: Josué 8:1-2
- Versículos clave: Josué 8:1
- Lectura de apoyo: Romanos 8:31; Lucas 1:68-75 y 12:32; Mateo 28:18-20
El pecado había sido quitado y ahora Dios estaba con ellos, no había nada que temer, por Su poder todos sus enemigos serían entregados en sus manos y juzgados. Todos irían a la batalla sabiendo que, si Dios está con ellos, nadie podría derrotarlos.
Desde la eternidad, Dios escogió un pueblo para sí, un pueblo en el cual Él habitaría en medio de ellos. Para esto, el pecado debía ser quitado del medio y así reconciliarse con ellos. Jesús vino a este mundo y habitó en medio nuestro para derrotar a todos nuestros enemigos: el pecado, la muerte y satanás por medio de la cruz del calvario. Allí logró la victoria definitiva para librarnos del temor y entregar en nuestras manos la salvación por la fe en Él. Ahora llama a todos sus escogidos, por medio del evangelio, mandándoles a arrepentirse de sus pecados y creer en Jesús para ser librados de la condenación eterna del infierno y dándoles la promesa de estar siempre con ellos. ¿Oyes el llamado del evangelio para la salvación? ¿Crees en Jesús como tu salvador eterno? 2ª Corintios 5:18-21