- Lectura: Josué 5:11-12
- Versículo clave: Josué 5:12
- Lectura de apoyo: Salmos 37:25; Isaías 55:1-7; Juan 4: 13-14 y 6:31-35
Dios nunca le hizo faltar la comida a su pueblo. Aun cuando caminaron por un desierto duro, el maná llegaba a ellos cada día fielmente hasta el día que su apetito fuera saciado por el fruto de la tierra prometida. La protección de Dios, les aseguraba que nunca les faltaría lo necesario para la vida.
Jesús es el único que puede saciar todas las necesidades del hombre. Dios ha provisto en Jesús la vida y todo lo necesario para vivirla en la obra de gracia de Cristo. Él es el pan que descendió del cielo para darle vida a todos los que creen en Él; Jesús es la fuente de agua que salta para vida eterna en todo aquel que la bebe por fe. Ninguna necesidad hay para todos los que creen en Jesús. No importa cuán árido y caluroso sea el desierto de tu pecado, no importa cuán profundo sea el apetito de justicia, todo será satisfecho por fe en la obra de Cristo. Su muerte calma la sed, su resurrección el apetito y su gloria nos guarda eternamente de las garras del enemigo. ¿Te sientes vacío e insatisfecho con todo lo que has probado en este mundo? Ven a Jesús y quitará toda necesidad de tu alma. Efesios 1:3