- Lectura: Josué 1:10-11
- Versículo clave: Josue 1:11
- Lectura de apoyo: Isaías 55:1-3; Mateo 11:27-30; Juan 6:35-37; Romanos 4:16-24
Durante su peregrinar en el desierto Jehová había mostrado a Israel que sólo Él es Dios y que nada ni nadie se le puede comparar. ¿Quién otro hubiese podido librarlos de la esclavitud en Egipto? ¿Quién otro hubiese sido capaz de sustentarlos de la manera que Dios lo hizo? ¿Quién hubiese podido amar a un pueblo tan insignificante y rebelde y redimirlo para sí? Nadie se pudo oponer a lo que Dios quiso hacer. Ese supremo e incomparable Dios les ordenaba ahora a continuar el camino y entrar a la tierra que había jurado a sus padres. Conocer la superioridad de Dios les da ánimo, para emprender la marcha.
Dios hoy llama a toda persona en todo lugar a entrar en Su reposo. En Cristo ya todo ha sido provisto, Él derrotó a nuestros enemigos: El pecado la muerte y satanás. La vida eterna está provista para todo el que cree. Por medio del evangelio, el Dios Supremo, manda a todos a venir a Él en arrepentimiento y fe. Todo aquel que confía en el Señor encontrará el perdón de sus pecados y un eterno reposo. ¿Crees que Jesús hizo todo lo necesario para tu salvación? ¿Confías en la promesa de salvación de su palabra? Lucas 12:32